viernes, 19 de octubre de 2012

Robin Hood

Aitana García - 1º A


Cerca de Nottingham, en una pequeña aldea llamada Swarf , vivía un humilde arquero llamado Robin Hood. Vivía en una pequeña casita pero suficientemente grande para una sola persona. En Swarf no vivía mucha gente,  por  lo que no había muchos puestos ambulantes . Había pocas tiendas, por lo que para comprar cualquier cosa tenía que ir a Nottingham. Cerca de Swarf había un inmenso y hermoso bosque llamado “ El bosque de Sherwood”. En Nottingham  había un  grandioso palacio de color oro y hecho solo y exclusivamente de  dicho metal. En él, vivía su majestad Enrique II, sujeto fuerte y robusto, de carácter irritable, pero no mala persona . Y entre sus socios  se encontraba el Sheriff de Nottingham, increíble cotilla  de siniestra catadura y de mal carácter. Se paseaba por Nottingham y alrededores para husmear. Bueno, en Swarf había muchos cultivos, porque eran unas de las aficiones y costumbres de los habitantes de Swarf. Enrique II no  les daba a a los aldeanos el dinero, que les correspondía por los productos de sus cultivos: él se quedaba con la gran parte del dinero  y a ellos les daba una miseria de sueldo (todo esto lo hacía en secreto, por supuesto). Además de este robo, el rey subía cada vez más y más los impuestos . Cada vez era más exigente y los aldeanos, ya no solo de Swarf, si no también de Nottingham no podían pagar ni un centavo más. Viendo la situación , el buen  Robin Hood fue al palacio dorado para pedirle al rey y a los nobles limosna y decirles que no podían pagar más impuestos. Entonces el rey le dijo enfadado:
– ¿Tú quién eres vagabundo vulnerable?
–  Me llamo Robin, vivo en Swarf. Voy de vez en cuando a Nottingham a comprar agua y alimentos en los puestos ambulantes. En Swarf cultivamos mucho y aún así recibimos muy poco dinero a cambio, ¿qué pasa? Y además hay muchos impuestos.- dijo Robin Hood humildemente,
–  Ja, ja, ja, ¡¿Qué pasa?! Lo que pasa es que sois unos holgazanes, trabajad más y ganaréis más. Además vuestros cultivos, señor Robin, están casi podridos.
–  Pero, majestad. Nosotros trabajamos día y noche. ¡¡Por favor, no podemos pagar más!! Esto es una injusticia.- dijo Robin muy enfadado.
– ¿Cómo osa usted, en hablarme así? Injusticia es, que usted venga aquí a decirme lo que debo hacer. Mañana sin falta quiero 80.000 peniques. Y, si no me los traes, te meteré en el calabozo hasta el resto de tu vida.

     Entonces, Robin, se fue sin saber qué hacer, recaudó todo lo que pudo, pero no llegaba ni a la mitad de la cantidad. Se quedó toda la noche en vela, pensando en lo que haría al día siguiente. Entonces se acordó, que en el bosque había una pequeña casita, hecha en el interior de un árbol altísimo. Dicha casa se la habían construido sus padres cuando era pequeño para jugar en ella. Entonces, pensó en mudarse a ella por la noche. Le costó encontrarla, porque todos los árboles eran iguales. (Esa casa era secreta y era casi imposible identificarla) Se accedía a ella a través de una especie de madriguera cubierta de matojos y matorrales. Dentro era más ancha y cómoda de lo que parecía. Allí seguían los juguetes de cuando era pequeño... Por la madrugada, todos los nobles, socios del rey y, por supuesto, su majestad, fueron en busca de Robin Hood. Fueron  casa por casa, tocando en las puertas, pero solo recibían las siguientes respuestas:
–    ¡¿Quién es ahora?!
–    No tengo ni idea, ese muchacho se mueve mucho.
–    Y yo qué se...
–    ¡En su casa durmiendo, por supuesto! ¿Dónde? Pues... me voy a dormir.

Hasta que tocaron en una puerta  y les abrió una persona que no estaba dormida y les dijo:

–    ¡Ah, si! Vive en la casa de enfrente.

Entonces salieron corriendo hacia la puerta de dicha vivienda tocaron y tocaron y... nadie les abrió. Hasta que el rey dijo:

–    ¡¡Vagabundo vulnerable, abra la puerta ahora mismo!!  - Pero nadie respondió. El rey gritó:
–    ¡Cómo no me abras la puerta a la de tres, la hecho abajo...! ¡¡¡Uno, dos y... tres!!!
¡Pooooom!

El rey de una patada rompió la puerta de madera y, con asombro, descubrió que no había ni un alma. En el montón de paja que utilizaba como cama había una nota que ponía:

Querido rey Enrique:

Lo siento, no he podido pagar lo que usted me exigió. No hay dinero suficiente en toda Swarf para pagar esa cantidad. Por ello, he huido a un lugar seguro, para empezar una nueva vida, sin abusos. Si, seré un cobarde, pero te las pagaré. Soy como un fantasma, vengo y vuelvo cuando quiero. Por lo que me hiciste a mi y a mi pueblo...
Robin Hood
Entonces el rey, echando humos, exigió registrar la zona y el bosque. Pero no encontraron nada. El rey volvió a su palacio y pensó: Ese cobarde no debe estar muy lejos, es imposible salir en una noche fuera del bosque de Sherwood. Debe estar escondido, ¿pero dónde? Los aldeanos echaban mucho de menos a Robin, cuando un día se les apareció en persona y les dijo:
–     Hola a todos, no me fui muy lejos, me he venido a vivir cerca de vosotros para daros todo el dinero, comida y bebida que os merecéis. Yo os lo conseguiré todo. Os lo prometo.
Tened paciencia. Y se esfumó en un abrir y cerrar de ojos.

Días después, Robin empezó a infiltrarse en el palacio dorado vestido de noble. Cogía el dinero y compraba de todo y luego se lo daba a los aldeanos, junto con el dinero. En el palacio cada vez desaparecían más peniques. Cuando el Sheriff de Nottingham se enteró de lo que estaba haciendo Robin, se lo dijo al rey. Intentaron buscar al infiltrado, pero no lo consiguieron. Alguna vez lo vieron, pero se esfumaba. Así poco a poco el reinado del rey se fue debilitando. Entonces, el rey, reconoció que lo que hizo estuvo mal. Desde entonces el rey les dio a los aldeanos el dinero que se merecían y los impuestos correctos que debían pagar. Así Robin le dio una lección a todo el reinado de Nottingham. Ahora, nadie sabe dónde está este extraño personaje.

jueves, 18 de octubre de 2012

Decálogo del buen periodista II

5.  RIGOR Y CONTRASTE. Van de la mano de la verdad y de la objetividad. 
Casi siempre, nos encontraremos con que nuestras informaciones tienen distintas versiones, muchas veces enfrentadas y contrarias. ‘Cada cual lo cuenta a su 
manera, podríamos decir”. Es nuestra responsabilidad escuchar a todas las partes 
y ser rigurosos a la hora de investigar y contar nuestra información. No debemos 
creer lo primero que escuchamos, debemos comprobarlo y hablar con otras 
fuentes no implicadas, como testigos, para contrastar la información. 
6. ACTUALIDAD. Prima en el trabajo del periodista. El punto principal de una 
noticia es contar hechos o informaciones de ahora, con la mayor inmediatez 
posible. No nos sirve contar una noticia que ha pasado hace unos días y que, 
probablemente, nuestros lectores ya habrán conocido por otros medios. 
7. ATRACTIVO. Un diario tiene que llamar al lector. Aunque el texto sea muy 
bueno, de nada sirve si son un montón de letras juntas que dé pereza leerlas. 
Debemos jugar con los titulares, la estructura de la noticia y, sobre todo, con las 
fotografías. Un buen  documento gráfico que ilustre los hechos hace ganar a una 
información muchos puntos. 
8. ORIGINALIDAD. Buscar noticias propias para nuestro diario consigue 
distinguirlo y dotarlo de prestigio y calidad. Son las llamadas exclusivas, 
informaciones que sólo nuestro diario ha logrado gracias a su labor de 
investigación. Por supuesto, nuestras exclusivas deben ser veraces y estar 
contrastadas. A lo mejor, si no las inventásemos lograríamos vender muchos 
ejemplares un día, pero nuestro lectores perderían su confianza en nosotros. 
Igualmente, copiar y pegar lo que hacen otros no serviría porque ya lo habrían 
contado ellos. 
9.  HUIR DEL MORBO FÁCIL. Puede parecer sencillo caer en el llamado 
sensacionalismo y contar sólo noticias de accidentes, muertes o sangre. La 
información de un diario es muy amplia y, si bien se cuentan sucesos trágicos, 
hay que tener cuidado en la forma de narrarlos. Por ejemplo, no conviene 
recrearse en detalles macabros e innecesarios para contar los hechos.
10. NUESTRAS FUENTES. Las fuentes son quienes nos informan de los hechos, 
quienes nos dan los ladrillos para construir nuestra noticia. Es necesario 
cuidarlas porque no siempre quieren que se les conozca y nunca se sabe si las 
necesitaremos otra vez. También debemos estar seguros de si son fiables. Una 
fuente que nos mienta no sirve para nada. Si la fuente no quiere ser conocida, no 
tenemos por qué desvelarla.  

Decálogo del buen periodista I


1. VERACIDAD. Es el principio básico para cualquier periodista y medio de 
comunicación. Las informaciones deben ser auténticas. El prestigio y el 
compromiso del periódico con sus lectores se fundamenta en narrarles los 
hechos tal y como son, sin engañarles ni publicar falsedades. 
2. CLARIDAD. El lector debe conocer y comprender los hechos. Nuestros textos 
deben  narrar la noticia de forma que pueda ser entendida por la mayor parte de 
nuestros lectores. Por ejemplo, no debemos dar por supuesto que algo conocido 
por los periodistas, es también conocido por los lectores. De esta forma, y si 
existiesen, deberíamos contar los antecedentes a nuestros lectores o explicarles 
de una forma sencilla ideas complejas. Otro ejemplo, quizás algunas siglas o 
cargos de personalidades no son conocidas por todos. 
3. IMPORTANCIA E INTERÉS. Una noticia no sigue el clásico esquema de 
contar una historia: presentación – desarrollo – conclusión. En nuestras 
informaciones, debe primar la importancia y el interés. Aquello qué ha ocurrido, 
dónde, cuándo, por qué, cómo o quién debe ir al principio de nuestra noticia. 
Otros elementos como los antecedentes o el contexto se ordenarán a 
continuación y en orden descendente, según su importancia. Si no hubiera 
demasiado espacio, es necesario resumir, ir al grano.  El titular es fundamental, 
debe resumir en un máximo de dos o tres líneas la noticia, narrando lo más 
importante y ser llamativo para atraer al lector. 
4. OBJETIVIDAD. El periodista deber ser lo más imparcial posible, sin dejar que 
sus posibles preferencias influyan en la forma de contar la información. 
Deberemos distinguir entre la información y la opinión. En la primera, aunque 
seamos afines a una parte de la historia, no debe afectar a nuestra noticia y 
contarla desde todos los ángulos. En opinión, como su propio nombre indica, sí 
podemos verter nuestro punto de vistas. Pero ambos géneros deben ir 
diferenciados en nuestro diario e, incluso, indicaremos cuáles son las paginas de 
opinión, con un pequeño avisador en la parte superior de las páginas.  


miércoles, 17 de octubre de 2012

La gran tragedia de Robin Hood

 Olga Gallego Custodio - 1º A

Robin Hood estaba paseando un día por el campo practicando el tiro con arco. Al tirar la cuarta flecha le vino la extraña sensación de que alguien le seguía y le estaba espiando pero como no vio a nadie, siguió lanzando flechas a las dianas. De repente, se movió un matorral que estaba a su lado, se armó de valor y miró lo que había detrás. Eran tres forajidos enmascarados que saltaron a él y lo ataron a un árbol con una cuerda y dijeron:

-Por fin te cogimos. Tienes que entrar en el castillo y robar todo, no puede quedar ni una sola migaja de pan. 
-¿Y qué te hace pensar que lo haré? Dijo Robin resistiéndose 
-Te quitaremos lo que más quieres: tu vida y después arrasaremos el pueblo entero pero tú no podrás hacer nada para impedirlo porque estarás muerto

Los tres forajidos se fueron con una risa malvada en sus caras. Robin se pregunto:

-¿Y ahora qué hago? Puedo hacer lo que me han dicho pero correría el riego de que me mataran. Pero también me puedo marchar a otro país y entonces aprovecharían que no estoy y arrasarían el pueblo entero.

Después de pensarlo muchas horas, decidió intentar robar todo lo del castillo. Pero lo que Robin Hood no sabia, era que el rey contrató a los tres forajidos para que lo mataran. Su plan era esperarlo en el castillo hasta que llegase y cuando llegase lo acusaría de robar en el castillo. Al día siguiente, Robin cayó en la trampa y el rey lo acuso de robar en el castillo. Pero antes de que los tres forajidos llegaran para matarle delante de todo el pueblo se echó a correr hacia el bosque más cercano y se tuvo que refugiar allí para que no le matasen. Hasta hoy no se sabe nada de él pero los ciudadanos esperan ansiosos a que vuelva porque saben que el no podía haber cometido ese delito tan gordo a no ser que le amenazaran.

La historia nunca contada

Pablo Ruiz - 1º D

Robin iba por el pueblo andando cuando, de repente, un niño le pidió unas monedas para comprarse algo de comer; cuando se las dió, un ladrón le quitó al pobre niño las monedas y se fue.

Robin persiguió al ladrón, y cuando iba a atraparlo ¡zas! otro ladrón le agarró por la espalda, tirándole al suelo. Robin se levantó y comenzó a pelearse con los ladrones; de repente, el sheriff de Nothinghan desde una esquina vio cómo Robin Hood ganaba la pelea.

Cuando teminó, Robin cogió el dinero robado.

Robin Hood

María Figueroa - 1º A

Estaba Robin Hood paseando por el bosque cuando de repente escuchó una vocecilla:
    -¡Eh, tú!
    -¿Quién eres? ¿Dónde estás? Respondió al no ver a nadie.
    -¡Aquí, en tu hombro!
Un pequeño hombrecillo asomaba por su hombro. Era de aspecto peludo, llevaba un gorro rojo y una pequeña cartera colgada.
    -¿Quién eres tú?
    -Soy Tom y me han mandado para decirte que tengas cuidado ya que el sheriff te quiere secuestrar y lo puede hacer en cualquier momento.
    -¿Para qué me iba a querer a mí el sheriff?...¡Qué tontería!
    -Pues dice que te ha estado observando y que eres muy ágil y fuerte, justo lo que él necesita. Quiere que vayas a casa de la familia Holsen, la más rica del pueblo y que robes todo lo que haya en la caja fuerte, que es donde guardan los objetos de más valor. Dice que si te captura y no lo haces, te encerrará y tendrás que sobrevivir a base de pan y agua.
Robin Hood estaba confuso...
    -No sé, es todo muy raro... ¿Por qué me iba a elegir a mí? ¿Y por qué vienes tú a decírmelo?
    -Bueno, yo ya te he avisado, haz lo que quieras.
Estuvo largas horas pensando hasta que dijo:
    -No creo que el sheriff me vaya a pedir eso...
Caminaba un día por el bosque cuando de repente...¡ZAS! Cayó en la trampa...
En ese momento,Robin Hood se dio cuenta de que Tom tenía razón.

Cuando el sheriff le contó todo lo que quería, Robin Hood se opuso y ocurrió lo que Tom le dijo: tuvo que sobrevivir a base de pan y agua.

Pasaron meses y meses hasta que Robin Hood decidió hacerlo. Robó la caja fuerte de la familia Holsen. El sheriff lo dejó en libertad pero al sheriff lo arrestaron y él, como también formaba parte del robo, lo buscaron pero tuvo que refugiarse en el bosque. Ya no se supo nada más de él.

martes, 16 de octubre de 2012

Robin Hood


Robin estaba por el pueblo cuando un soldado le empujó y le tiró al suelo, le dijo que le pidiera disculpas pero el soldado ni le miró.  Robin, indignado, fue a la oficina del sheriff de Nottingham para que despidiera al soldado, pero él le dijo que no hablaría con un mendigo vulgar.

Por su comportamiento, Robin le robó todo su dinero y escapó al bosque, con el dinero compró un caballo, ropa nueva y le sobró para guardarlo. Reclutó a 140 hombres con los que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. El soldado que obligó a Robin a meterse en una vida de robos se convirtió en sheriff y luchó contra Robin un monton de veces, una de ellas fue la peor para Robin: sus guerreros estaban sin aliento, el sheriff tenía un rehén pero Robin supo qué hacer y todo salió bien.

La historia continúa pero hasta aquí llega la mía.

lunes, 15 de octubre de 2012

Yo, Robin Hood

Jesús Pérez Martín - 1º E.S.O. D 

Yo era la típica persona, sólo que el arco era mi pasión, un día practicando tranquilo, oí que iba a haber un campeonato de tiro al arco, al llegar ese día me apunté al torneo y estaba lleno de profesionales, junto a ellos, el sheriff. Llegó la hora de tirar y todos los que no fallarían ni de espaldas, fallaron, el sheriff tiró y dio en la diana, me tocó a mi mi turno, tiré y acerté, se repitió, no sé por qué, volví a tirar y volví a dar en la diana y se volvió a repetir, y volví a tirar, me descalificaron por tirar más de dos veces, el sheriff ganó, estaba enfadado. Un concursante se enfadó tanto que disparó contra el sheriff y el sheriff le iba a disparar pero yo, antes de que tirara el flechazo le mandé uno a su pie, y quería el sheriff que me encarcelasen por eso, así que yo y todos los concursantes nos fuimos al bosque para huir.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Lectura del primer trimestre

María Angelidou, Mitos griegos, ed. Vicens-Vives
Los griegos de la antigüedad se explicaban el sentido de las cosas por medio de una serie de fascinantes leyendas que conocemos con el nombre de mitología. Aquellas viejas historias, que narraban grandes prodigios con un poderoso aliento poético, hablaban de dioses todopoderosos, héroes de corazón valiente y personas que se veían abocadas a la desgracia por culpa de las debilidades de  su carácter. Este libro es una buena muestra del extenso repertorio de la mitología griega. Sus páginas nos explican, entre otras muchas cosas, qué pasó con la caja de Pandora y con el caballo de Troya, por qué el rey Midas convertía en oro todo lo que tocaba, quiénes fueron Prometeo y el Minotauro, qué le sucedió a Orfeo cuando bajó a los infiernos y por qué el joven Ícaro se empeñó en volar como los pájaros con unas frágiles alas de caña y cera. El conjunto es, en fin, tan variado e intenso que resulta fácil comprender por qué los mitos han pervivido durante treinta siglos: porque, hoy como ayer, cumplen a la perfección su propósito, que es ilustrarnos sobre los vaivenes de la vida humana por medio de la emoción y la sorpresa.

(Texto e imagen extraídos del blog http://lclcarmen1.wordpress.com/)

martes, 9 de octubre de 2012

Robin Hood

Lectura inicial de la Unidad 1. Fragmento de la celebre novela de aventuras Robin Hood de Howard Pyle. Escuchar el audio