miércoles, 17 de octubre de 2012

La gran tragedia de Robin Hood

 Olga Gallego Custodio - 1º A

Robin Hood estaba paseando un día por el campo practicando el tiro con arco. Al tirar la cuarta flecha le vino la extraña sensación de que alguien le seguía y le estaba espiando pero como no vio a nadie, siguió lanzando flechas a las dianas. De repente, se movió un matorral que estaba a su lado, se armó de valor y miró lo que había detrás. Eran tres forajidos enmascarados que saltaron a él y lo ataron a un árbol con una cuerda y dijeron:

-Por fin te cogimos. Tienes que entrar en el castillo y robar todo, no puede quedar ni una sola migaja de pan. 
-¿Y qué te hace pensar que lo haré? Dijo Robin resistiéndose 
-Te quitaremos lo que más quieres: tu vida y después arrasaremos el pueblo entero pero tú no podrás hacer nada para impedirlo porque estarás muerto

Los tres forajidos se fueron con una risa malvada en sus caras. Robin se pregunto:

-¿Y ahora qué hago? Puedo hacer lo que me han dicho pero correría el riego de que me mataran. Pero también me puedo marchar a otro país y entonces aprovecharían que no estoy y arrasarían el pueblo entero.

Después de pensarlo muchas horas, decidió intentar robar todo lo del castillo. Pero lo que Robin Hood no sabia, era que el rey contrató a los tres forajidos para que lo mataran. Su plan era esperarlo en el castillo hasta que llegase y cuando llegase lo acusaría de robar en el castillo. Al día siguiente, Robin cayó en la trampa y el rey lo acuso de robar en el castillo. Pero antes de que los tres forajidos llegaran para matarle delante de todo el pueblo se echó a correr hacia el bosque más cercano y se tuvo que refugiar allí para que no le matasen. Hasta hoy no se sabe nada de él pero los ciudadanos esperan ansiosos a que vuelva porque saben que el no podía haber cometido ese delito tan gordo a no ser que le amenazaran.